lunes, 25 de octubre de 2010

Palabras del nuevo Rector a poco de asumir su cargo

Buenos días a todos: Alumnas, alumnos, maestros, profesores, directivos y a todo el personal de esta querida institución.

Cuando me ofrecieron el cargo de Rector de nuestra Escuela, pensé por más de de diez días, la decisión de aceptarla.
Durante ese tiempo, dialogué con muchas personas que tuvieron y tienen experiencia en gestión directiva escolar, conversé con padres de alumnos que conforman la Asociación Cooperadora, con algunos delegados del centro de estudiantes, con compañeros docentes, maestros y profesores; y con directivos de nuestra escuela.
Con todos ellos expuse e inicié el debate de ideas y propuestas pedagógicas, que en conjunto con toda la comunidad educativa, en forma participativa y democráticamente pensamos llevar adelante.
Pero el mayor peso que inclinó la balanza de aceptar el cargo de Rector de la Escuela, es algo intangible, que no se ve mediante los ojos, pero sí, que se respira en el interior de la Institución.
Tomé la decisión de asumir como Rector, y la responsabilidad de dicha función, porque sé absolutamente que cuento, en una enorme mayoría, con un material humano excelente, formado por alumnos, por los padres de los mismos, por maestros, profesores y directivos que quieren mejorar progresivamente la tarea humana y pedagógica en nuestra querida Institución.
Creo con total convicción, que podemos lograr avances significativos e importantes en nuestra actividad docente, si existe como disparador inicial un claro y definido objetivo en común.
Dicho objetivo común en el cual se sustenta todo el Aparato Educativo Nacional: fue, es y serán, ustedes chicos y muchachos: los alumnos y alumnas de la Escuela, y su capacitación técnica y humana.
Estoy plenamente convencido que no existe la posibilidad de que solamente un Rector tomando decisiones unipersonales pueda generar cambios positivos, por más buena intención que tenga.
Por lo tanto, es necesario e indispensable entonces, y en esto voy a volcar mi esfuerzo y dedicación principal, como Rector de la Escuela, en:
• Potencializar la construcción y materialización transversal de los distintos grupos de trabajo y áreas pedagógicas, para la generación y construcción de proyectos.
• Generar los espacios indispensables de debate totalmente abiertos al diálogo con la totalidad de la comunidad educativa en sus diferentes áreas o departamentos, para lograr que el voluntarismo innovador que sé que tienen varios docentes, se institucionalicen con el acuerdo de voluntades debatidas y establecidas participativamente.
Es un punto fundamental en este período que nos queda de este ciclo lectivo, lograr cerrar algunos proyectos educativos institucionales, elevarlos a través de las coordinaciones de áreas para que en el futuro, sean financiados por los planes de mejora y equipamiento, que se hallan enmarcados dentro de la Ley Nacional de Educación, y así poder liberar económicamente, también en un futuro, a la Asociación Cooperadora Escolar, para a poder a partir de ahí, seguir avanzando en forma positiva y progresivamente en otras propuestas que tiendan a mejorar la calidad de la enseñanza.

Comparto el pensamiento de Andrea Alliaud y Estanislao Antelo expresado en el libro: Los gajes del Oficio:

“La educación es puro movimiento, si no hay movimiento, no hay educación”.

Pero este disparador de debate abierto e interdisciplinario, es indispensable que esté permanentemente acompañado del sentido de responsabilidad, ética, moral que la actividad docente nunca debe perder; si logramos mantener estos principios la misma se jerarquiza y se eleva potencialmente.
Yo vengo y entro a la Dirección de la Escuela, hasta que dure mi período, cargado de buenas intenciones, a dejar sus puertas abiertas, a participar con todos ustedes y proponer el trabajo docente sobre esta metodología:

• Quiero diálogos abiertos entre todos ustedes.
• Quiero debates participativos y propuestas fundamentadas.
• Pido responsabilidad en asumir rol docente que tenemos, cada uno en su tarea cotidiana.
• Quiero recibir críticas constructivas para mejorar y corregir errores.

Si somos capaces de iniciar este proceso participativo, lograremos capacitarnos y perfeccionarnos entre todos, e institucionalizar, en forma gradual, concreta y real, los objetivos educativos de la Escuela, que tendrán un sello de fuerza de unión en el trabajo, para que la Escuela, no quede sujeta nunca más, a normas rígidas e inflexibles, caprichosas e inaceptables de algún directivo de turno, que quiera proponer solamente órdenes unidireccionales, sin el consenso de la comunidad educativa en su conjunto.
Los seres humanos somos entes únicos e irrepetibles, no somos iguales, por lo tanto algunas veces coincidimos y otras no. El respeto sano a esas diferencias, y la vocación por encontrar los puntos de encuentro de las mismas, son las que nos elevan y nos otorgan calidad y dignidad humana.
Nadie es el dueño absoluto de la verdad, y yo, sinceramente, espero mucho de ustedes, para que todos juntos podamos abrir la Escuela de adentro hacia afuera, integrándola a la sociedad y logrando la capacitación humana y sobretodo técnica que nuestros egresados necesitan para insertarse como hombres de bien en un mercado laboral cada vez más exigente.
En base a esto, les deseo un muy buen día de trabajo, provechoso y positivo, espero no defraudarlos, quedando desde ya, a disposición de todos.
Muchas gracias. (Arq. Carlos A. Fontana – Rector. E.T Nº 10) – 30/agosto/2010.-